Alerta de spam a mis contactos de WhatsApp
Amigos, me apena mucho tener que hacerles llegar este mensaje, pero hay unos ciberdelincuentes que tomaron mi lista de contactos del teléfono; yo autoricé en su momento el acceso a la aplicación, pero se suponía que era sólo para que tomaran directamente de mi lista de contactos a mis dos contactos que elegí como referencias (a los cuales, por cierto, no contactaron para solicitar referencias ni les preguntaron nada), esos dos contactos fueron un señor de nombre Manuel y una chica de nombre Paola. Pero estos tipos tomaron la lista completa y al parecer están mandando mensajes de spam a contactos míos aleatoriamente.
La aplicación se llama Préstamo Rápido, y decidí usarla porque vi que tenía en Google una calificación de 4.9 estrellas (5 es la calificación máxima). Hace una semana tomé prestados de allí 400 pesos para comprar pizza, tenía que pagar 500 pesos en 7 días, lo cual no era problemático, pero en el mismo día del pago, desde muy temprano, empezaron a mandar mensajes pregunte y pregunte que si ya había pagado, que si a qué horas pagaba, que pagara ya, que enviara el comprobante; como yo me levanté tarde porque a veces trabajo de noche, cuando los vi, ya había un montón, y desde muchos números diferentes.
Qué molestones y desesperados, pensé, y me dispuse a guisar mi desayuno. Pues antes de lavarme los dientes siquiera, ya había montones de mensajes, ahora con amenazas de divulgar mi información personal. No era ni siquiera mediodía todavía. Como en la cuenta en que tenía dinero no tengo banca electrónica y en la que tengo banca electrónica no tenía dinero, había que salir a pagar a un Oxxo.
Me molestó bastante su actitud y comportamiento y sólo respondí a uno de los múltiples chats (todos enviaban los mismos mensajes) con lo siguiente:
“No tengo ningún adeudo vencido para que me estén amenazando. A ver si dejan de enviarme esta clase de mensajes”
Eran las 11.51am. El día no llegaba ni a la mitad, se portaban como si yo me hubiera negado a pagar, cuando el plazo aún no se vencía.
Bueno, el bombardeo siguió. Vi otro mensaje donde hablaban de reportarme a no sé qué círculo de crédito, donde daban su definición de evasiva de pago, mencionaban cargos extra por cobranza… bueno, hablaban hasta de que no iba a poder conseguir trabajo, y mencionaban, al final del mensaje, la amenaza que casi de inmediato se aplicaron a cumplir, amenaza cuya realización viola su propia Política de Privacidad y la misma Ley de Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de Particulares: “llamadas a su agenda telefónica”.
Cuando leí ese mensaje, les contesté que me estaban tratando de forma inadecuada y me estaban haciendo amenazas desde antes de que venciera el plazo de pago, luego agregué “ahora me amenazan con violar la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de Particulares, lo cual es una práctica de cobranza ilegal y constituye un delito. Si continúan, tendré que denunciarlos ante las autoridades”. Supongo ahora que este mensaje los hizo decidirse a empezar a hacer lo que hicieron; seguramente no les gustó.
En teoría, ellos deberían haberse limitado a contactar a mis contactos de referencia, pero un par de amigas me enviaron capturas de pantalla de mensajes que recibieron de parte de Préstamo Rápido en el que les hablaban de mi deuda y agregaban mi foto, donde además mienten deliberadamente, pues les dicen “usted como referencia”, haciéndole entender (o creer) a mis contactos, a mis amigos, que yo los puse como referencia para un crédito sin haberlos consultado, lo cual, por supuesto, yo no hice, no he hecho ni haré nunca. También dicen que no han podido establecer contacto conmigo, lo cual también es falso.
Sólo hasta ahora, que me veo metido en esta lamentable situación, termino de enterarme y de comprender algunas cosas terribles:
1) Que Google Play Store no es para nada un lugar de aplicaciones seguras y confiables, como yo ilusamente pensaba antes (verificado por Play Protect, dice ahí)
2) Que esta app, como muchas otras, muchas muchas de verdad, son prestamistas “no regulados” (no aparecen en los registros de la Condusef), es decir, no registrados. Yo antes no había entendido bien esto, porque en la misma página de la Condusef (o de la CNBV, quizás) leí que las instituciones financieras pueden estar reguladas o no, y pensaba que de todos modos se podría proceder en contra de ellas al amparo de la ley y con la ayuda de las instituciones gubernamentales.
Hasta hoy he comprendido, platicando con una amiga abogada, que no ser una institución financiera regulada puede significar que las personas responsables sean no identificables y físicamente no localizables, que es común que operen con una app o una página web, cobran caro a través de amenazas y como la gente ni denuncia, siguen ahí, pero nadie sabe dónde están y aunque se les denuncie “¿tú crees que van a encontralos?”. Yo por supuesto voy a denunciar. Ellos han cometido al menos dos delitos y haré lo que pueda hacer, aportaré todos los datos del caso.
3) La delincuencia opera todos los días bien a gusto en total impunidad, con el soporte de grandes empresas tecnológicas como Google, que les facilita mucho las cosas, y con el conocimiento de las autoridades de todos los países, que no se las dificultan mucho. (En mi opinión, esta clase de delincuentes deberían seguirse de oficio, sin necesidad de denuncia; la policía y las fiscalías saben que existen y que están allí, operando a diario, victimizando ciudadanos, y sin mebargo, no hay acciones para evitarlo)
Lamentablemente estos ciberdelincuentes tienen información verídica mía, y entre ella, mi lista de contactos telefónicos.
Lamento mucho las molestias que esto pueda causarle a ustedes, mis amigos y mis familiares, o simplemente por alguna razón contactos de mi lista telefónica.
Si recibieren un mensaje sobre el caso, por favor no respondan nada y, si pueden, envíenme una captura de pantalla para ver si puedo agregar en el reporte ese número a la lista de números telefónicos desde los cuales me han contactado.
Por cierto (alguno en este punto tendrá la duda), sí les pagué, pero al parecer no se detuvieron.
De nuevo, lo siento mucho, amigos.
Muchas gracias.
Ángel Gustavo Rivas