Este poema, que carece de título y por lo cual se identifica con su primer verso, es parte de Loca esperanza de la vida mía, libro con que obtuve el Premio Interamericano de Poesía Navachiste 2018.
Hay un ojo en el papel,
un ojo dibujado en el papel,
un ojo con pluma azul trazado.
Se entiende desde luego que no ve
porque es un ojo de tinta
dibujado en un papel.
.
Alguien lo ha dibujado y allí lo dejó.
No le hizo ni siquiera un ojo hermano,
no una frente sobre él le puso,
no una ceja que lo cubra en arco.
Es un ojo solitario, sin un rostro.
No hay pestañas ni siquiera
ni un párpado con que pueda descansar.
Es un ojo solitario y triste.
.
No es de tristeza su gesto
pero es un ojo solitario
que no tiene ceja ni pestaña
ni párpado, ni frente, ni rostro.
Sólo tiene, si acaso, su mirada.
.
Pero si mira el ojo,
hacia enfrente según fue dibujado,
no sabrá quizás la soledad en torno,
no sabrá quizás sino que hay ojos,
otros ojos que miran,
si es que mira el ojo,
porque es de tinta azul
sobre papel trazado.
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Y por acá puedes conocer un poco más de él:
Loca esperanza de la vida mía, libro de poemas
Otras publicaciones:
“Memoría”, Ángel Gustavo Rivas
Veinte poemas de amor… o leer poesía para entendernos mejor
La sangre de Antígona, de José Bergamín
Comentario a Antígona González, de Sara Uribe